Un artículo para reflexionar.
UN ARTÍCULO DE ROMÁN OROZCO
TÍTULO: Magdalena y el cura.
La voz de aquel ejecutivo sonó sutilmente amenazadora a través del hilo telefónico: he hablado con Polanco.
El recurso no era muy original. Lo había escuchado otras veces. Te dicen que han hablado con tu jefe para que te pongas a temblar y no publiques lo que tienes entre manos. Era la tarde del 27 de mayo de 2005. Hacía calor en Sevilla. Pero no me llevé ningún sofoco. Mi jefe me había dicho: si la información es exacta, adelante.
Al día siguiente, titulábamos a cuatro columnas en mi periódico (El País): Un informe del Banco de España insta a cajasur a revisar sus cuentas y alerta del riesgo de sus inversiones.
El ejecutivo de voz amenazante, Diego Jordano, director general de servicios Institucionales y jurídicos de Cajasur y ex secretario general del Partido Popular de Andalucía, calificó la información de falsa. Dos días después, se tragaba sus palabras: Cajasur reconocía que un informe del Banco de España advertía del alto riesgo contraído en el sector inmobiliario, de la alta tasa de morosidad y de la necesidad de realizar dotaciones de fondos para hacer frente a esos riesgos.
El día 28 se cumplieron cinco años exactos de aquella información desvelada por El País. Aquel pecado venial se ha convertido en pecado mortal…de necesidad.
Cajasur ha sido intervenida por el Banco de España. Se venderá al mejor postor o, si nadie la quiere, se liquidará.
La caja presenta ahora las mismas dolencias de entonces, aunque mucho más graves: mayor morosidad, mayor riesgo en el ladrillo y bajísimo nivel de solvencia. Sus pérdidas el pasado año eran de 596 millones; en este ya lleva perdidos otros 154. La caja se desangra a un ritmo de 40 millones mensuales.
¿Nadie había alertado de la gravísima deriva que tomó Cajasur, bajo el mando del cura Miguel Castillejo durante sus 29 años, más conocido como Fray langostino, por su afición desmesurada al buen marisco?
Si, hubo quien denunció, hace la friolera de siete años, el desgobierno de la caja de los curas: Magdalena Álvarez.
La entonces Consejera de Economía, presentó en febrero de 2003, una denuncia ante la Fiscalía anticorrupción por un supuesto delito de falsedad documental y apropiación indebida de 10.3 millones de euros de la obra social de la Caja. Ese dinero fue repartido por el cura Castillejo entre consejeros en concepto de dietas por asistir a actos tan fundamentales para la entidad como ir a misa, al cine o a un concierto. También se compraron joyas. El propio cura se regaló un generoso plan de pensiones de 2.9 millones de euros, que heredarán sus hermanas cuando él desaparezca (para mi este golfo no tenía que haber nacido y haber sido sacerdote todavía peor).
El entonces Fiscal anticorrupción Carlos Jiménez Villarejo, inicio una investigación. El Fiscal General del Estado, nombrado por el Partido Popular, Jesús Cardenal, lo cesó cinco mese después. Lo sustituyó Salinas. Se cerró el caso. ¡Cómo iba a permitir Cardenal que se investigara a la Iglesia, siendo un fervorosa miembro del Opus Dei!
Esos días entrevisté a Magdalena Álvarez, dice Orozco.Mi obligación era presentar la denuncia, porque entendí que entraba en el campo penal; si el Fiscal la ha cerrado, es cuestión suya, me dijo. La consejera cumplió con su deber.
Quienes no cumplieron con el suyo, fueron por este orden: el cura Castillejo, los canónicos del Consejo, los sucesivos Obispos de Córdoba. El Banco de España, que conocía desde hace años el descontrol creciente de la entidad y lo toleró. El Partido Popular que desde Jordano al actual presidente provincial, José Antonio Nieto, impidieron una salida digna a la entidad cordobesa, mediante la fusión con Unicaja.
Al final, canónicos y peperos han preferido una caja rota a una caja roja. Un estropicio que costará a los contribuyentes 523 millones de euros como mínimo.
OTROS DATOS
No correspondientes al señor Román Orozco.
GÓMEZ SIERRA SOLICITÓ DOS MILLONES PARA SU MANO DERECHA.
Uno de los escollos que ha influido en la ruptura unilateral por parte de Cajasur de la fusión con Unicaja fue la negociación sobre la salida de alrededor de media docena de directivos de confianza del ex Presidente de Cajasur y Deán de la Catedral de Córdoba, Santiago Gómez Sierra, según fuentes conocedoras de las negociaciones. Gómez Sierra, llegó a solicitar dos millones para su asesor y mano derecha, Santiago Cabezas.
Las llamadas desvinculaciones de estos altos cargos de la nueva entidad resultante formó parte desde el principio según estos medios, de las conversaciones reservadas entre las cúpulas de las dos entidades, aunque en ningún caso este asunto se abordó en los consejos de administración de la entidad cordobesa.
La cifra de directivos que supuestamente se iban a beneficiar de las indemnizaciones estaba entre cuatro o cinco según estas fuentes: Gómez Sierra se mostró muy interesado en conocer si las cifras que se estaban manejando para sus colaboradores eran brutas o netas.
La Cadena SER informó que Santiago Cabezas pidió primero una indemnización de tres millones que luego rebajó a dos. También solicitó la condonación de una hipoteca de 600.000 euros sobre un chalet de San Rafael de la Albaida.
Es curioso decir para terminar que estos sacrificados curas tan preocupados por las almas de los pecadores, no hagan lo mismo por predicar con los ejemplos de dignidad y decencia y a los populares que decirles más ; que sigan en su línea velando por sus barrigas, cortijos y privilegios.
Sevilla, 30 mayo de 2010
jueves, 19 de agosto de 2010
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